martes, 22 de julio de 2014

El huésped.






-       No quiero.
-       ¿Cómo?
-       Que no quiero, no quiero hacer esto.
-       Es que tú no tienes que hacer nada.
-       Sí, sí tengo, y no quiero hacerlo.
-       Lo hemos hablado miles de veces, ésta decisión ya está tomada.
-       No, no…
-       A ver ¿Qué pasa ahora?
-       ¿En serio me lo preguntas?
-       Estamos en el siglo XXI, por el amor de Dios.
-       Me da igual.
-       Bueno, pues a mi no, hemos hablado mucho de esto, pensaba que los dos estábamos de acuerdo.
-       Pues ya no lo tengo tan claro.
-       No puedes estar cambiando de opinión cada dos por tres.
-       Pero es que no estamos hablando de comprarse un coche. Esto es algo mucho más importante.
-       Precisamente, nos cambiará la vida.
-       ¿Y tu no quieres que cambie?
-       A mi me gusta nuestra vida.
-       Y a mi también, a mi también mi amor, pero piénsalo.
-       Lo he pensado.
-       ¿Seguro?
-       Muchas veces.
-       ¿Las suficientes?
-       Sí.
-       No sé, pues yo no, yo no. Lo siento
-       ¿A qué viene esto ahora?
-       ¿Qué quieres decir?
-       ¿Es por tu madre?
-       ¿Mi madre?
-       Tu madre te ha estado comiendo la cabeza, está claro.
-       Esto no tiene nada que ver con mi madre.
-       Por favor…
-       Lo digo en serio, esto es cosa mía.
-       No, esto es cosa NUESTRA.
-       No puedo evitar imaginármelo en mis brazos.
-       ¿El qué?
-       Pues a él, o a ella, qué se yo…
-       No hay “él” o “ella”, no hay nada.
-       Como puedes decir algo así…
-       Esto no estaba planeado.
-       No, es verdad.
-       Por suerte, estamos a tiempo.
-       Creo que ya es muy tarde.
-       No, sabes que hay tiempo.
-       Pues precisamente, podríamos pensarlo un poco más.
-       No hay nada que pensar.
-       Creo que no le hemos dedicado todo el tiempo que se merece.
-       ¿Cuánto tiempo necesitas?
-       El que haga falta.
-       Sólo nos queda un mes, después será imposible.
-       Veo que te has informado muy bien.
-       Por supuesto, no es ningún juego…¿Qué pasa?
-       Me molesta
-       ¿El qué?
-       Que te hayas estado informando sin contar conmigo.
-       Cuento contigo, ya te he dicho que pensaba que estabas de acuerdo.
-       No mientas, sabes que nunca he estado de acuerdo con esto.
-       Yo no miento.
-       Pues entonces niegas la realidad, miras para otro lado, prefieres no saber lo que pienso para sentirte menos culpable.
-       No soy yo quien no tiene claro lo que quiere hacer. En todo caso tú me mentiste a mi.
-       Sólo dije lo que pensaba que a ti te haría más feliz.
-       ¿Entonces no quieres hacerlo?
-       No, ya te lo he dicho.
-       Pues tenemos un problema.
-       Pues sí.
-       Pues de puta madre. Cojonudo, cojonudo…
-       No te enfades.
-       ¿Cómo no me voy a enfadar?
-       Por favor no te enfades conmigo.
-       Bueno…
-       Dame un beso anda.
-       Eres increíble. En serio.
-       ¿Se puede saber a que viene esto ahora?
-       ¿Cómo?
-       Que a que viene toda esta mierda, toda esta hostilidad, esta negación.
-       No me hables así.
-       ¡Esto es algo bonito, es algo de los dos!
-       Ya lo sé.
-       ¿Y entonces?
-       ¿Qué?
-       ¿Por qué no?
-       Te lo he dicho, no quiero que nuestra vida cambie.
-       ¿Tienes miedo de las responsabilidades?
-       No digas tonterías
-       No es ninguna tontería.
-       Sí lo es, es una gilipollez lo que estás diciendo.
-       ¿Entonces por qué?
-       Por que no.
-       ¿Es que ya no me quieres?
-       ¿Pero que estás diciendo? Claro que te quiero.
-       No mires hacia otro lado.
-       ¿Qué?
-       ¡Que no mires hacia otro lado cuando me digas que me quieres!
-       Esto es absurdo.
-       ¿Absurdo? ¡Quieres acabar con la vida de nuestro hijo y…
-       No lo llames así
-       ¿Que no lo llame como?
-       Nuestro hijo.
-       ¿Y qué te molesta más? ¿Lo de HIJO, o lo de NUESTRO?
-       No empieces…
-       ¡Es que parece que no te guste compartir esto conmigo!
-       No llores.
-       No estoy llorando…
-       No llores, te lo pido por favor.
-       ¿Y que quieres que haga? Es lo que me sale.
-       Relájate.
-       No, no puedo relajarme…¡NO PUEDO RELAJARME!
-       No grites.
-       ¡Deja de decirme lo que tengo que hacer! ¡Llevas toda nuestra relación, desde que empezó toda esta mierda, diciéndome lo que tengo que hacer! ¡Me cansa! ¿Lo entiendes? ¡ME HARTA!
-       Basta.
-       ¡Pero mírame a los ojos! ¿Qué pasa? ¿Ya no me quieres? ¿No quieres compartir esto conmigo porque ya no me amas? ¿Es eso?
-       No tiene nada que ver con eso.
-       ¡ENTONCES DIME DE UNA VEZ QUE PASA!
-       Deja eso, no te alteres, deja eso donde está.
-       ¿Ya no puedo romper cosas ni en mi propia casa? ¿También me lo vas a prohibir? ¡Pues mira! ¡Mira como me cargo lo que me da la gana! ¿Qué vas a hacer?
-       No voy a hacer nada. No me chilles.
-       Mírame..mírame a los ojos. ¡Espera un segundo! Mírame…
-       Ya te estoy mirando, ya te miro.
-       Dime, dime por qué no, dímelo.
-       Déjalo…
-       ¡NO! ¡MÍRAME! Dímelo…
-       ¡Que lo dejes!
-       ¡No, no te levantes, no te vayas, siéntate! ¿Te da miedo? ¿Te da miedo aceptar que tu vida va a cambiar? ¿Qué va a estar ligada a la mía? No puedes soportar el hecho de madurar, de crecer de una vez…Eso es lo que pasa, la cobardía, como siempre. ¡Durante nueve años aguantando tu cobardía! ¡NUEVE LARGOS AÑOS AGUANTANDO ESTO!
-       ¡CALLATE DE UNA VEZ! ¡CALLATE!
-      
-       ¿¡Ahora te callas!? ¡Ahora sí te callas! ¿Quieres saber porqué? ¿¡De verdad quieres saber porqué?!
-      
-       ¡Todo esto hubiera sido más fácil  si me hubieras hecho caso desde el principio! ¡Nada de todo esto habría pasado! Pero no…¡Claro que no!
-       ¡YO NO TENGO PORQUÉ HACER LO QUE TU ME DIGAS! ¿QUIÉN TE CREES QUE ERES? ¡SI ESTÁS PENSANDO POR UN MOMENTO QUE…!
-       ¡QUE NO ES TUYO JODER!
-      
-       Que el hijo no es tuyo Luis, que no lo es...
-      
-       ...
-      
-       No llores…no llores…te lo pido por favor. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario