martes, 31 de enero de 2012

Héroe

Y hoy el héroe eres tú, pequeño, de manos tiernas y cabeza aún grande, de mejillas blandas y piernas cortas. El héroe y el mártir, pequeño, sabedor de multiplicaciones por una cifra, gran sonrisa y lágrimas espesas bajo las mantas de Superman. La inocencia no es más que un viejo recuerdo, algo nublado y oscuro. Y el juego…¡Ay! El juego…
Perezoso por las mañanas, agarrándote a un termómetro trucado,  con un autobús de cuento te diriges al infierno, hacia la educación que no dejan de ser las letras que con sangre entran.
Y entran los días y los meses, años temiéndole al bocadillo, al timbre y a las canchas, agarrado a tu pequeña mochila como si fuera tu vida, a tu pequeña vida como si fuera una carga, llena de cuadernos y notas de desprecio, lanzadas con descaro tras una espalda de lana manchada de tiza. Unas patillas de gafas que se alzaron con condescendencia fueron tu última condena, sólo hablaste una vez, lo pagaste caro.
Y hoy el héroe eres tú, pequeño, delicado infante demasiado menudo para este mundo tan triste, tan duro y estrecho, tus piernas corren más de lo que tu cabeza asimila, tu corazón bombea la sangre que se esparce en el recreo, tus lágrimas riegan ya los próximos septiembres.
Y aún así los encaras con esperanza, pequeño, cada primer día con tu peinado reluciente y el beso materno aún caliente en la frente, tus pasitos de héroe, levantando ligeramente los talones, dispuesto a dibujar, a vislumbrar, quizás este año por fin, algo de paz en tu pequeña alma de niño distinto. 




sábado, 21 de enero de 2012

Mis ojos sin tus ojos no son ojos

Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,
que son dos hormigueros solitarios,
y son mis manos sin las tuyas varios
intratables espinos a manojos..

No me encuentro los labios sin tus rojos,
que me llenan de dulces campanarios,
sin ti mis pensamientos son calvarios
criando nardos y agostando hinojos.

No sé qué es de mi oreja sin tu acento,
ni hacia qué polo yerro sin tu estrella,
y mi voz sin tu trato se afemina.

Los olores persigo de tu viento
y la olvidada imagen de tu huella,
que en ti principia, amor, y en mí termina.

Miguel Hernández




sábado, 14 de enero de 2012

La voz a ti debida. Versos 1237 a 1265

Lo que eres
me distrae de lo que dices. 

Lanzas palabras veloces,
empavesadas de risas,
invitándome
a ir adonde ellas me lleven.
No te atiendo, no las sigo:
estoy mirando
los labios donde nacieron. 

Miras de pronto a los lejos.
Clavas la mirada allí,
no sé en qué, y se te dispara
a buscarlo ya tu alma
afilada, de saeta.
Yo no miro adonde miras:
yo te estoy viendo mirar. 

Y cuando deseas algo
no pienso en lo que tú quieres,
ni lo envidio: es lo de menos.
Lo quieres hoy, lo deseas;
mañana lo olvidarás
por una querencia nueva.
No. Te espero más allá
de los fines y los términos. 

En lo que no ha de pasar
me quedo, en el puro acto
de tu deseo, queriéndote.
Y no quiero ya otra cosa
más que verte a ti querer.

Pedro Salinas.  



sábado, 7 de enero de 2012

Colorterapia

Se terminó la fiesta. 
Sigo prácticamente viva. La comida no ha podido conmigo. 
El dolor ha resultado placentero. 
Y el placer, doloroso. 
Es irónico, pero no encuentro mejor manera. 
Demasiado lápiz de ojos acumulado estos días. Y vestidos, y fragancias en la almohada, y conversaciones vacías. 
O que rebosan. 
En un mundo en el que todo parece ser blanco o negro, bañarse en el gris es un lujo reservado. 
No apto para cardíacos. 
Ni para indecisos, 
Domésticos 
Fantasmas, 
Salidos, 
Vacíos, 
o con poco carácter. 
Lejos de hastíos y banalidades, el gris es el color al que agarrarse. 
El color del asfalto, de la tormenta y el acero. 
El negro que llora, el blanco que se atreve. 
Bañarse en el gris es como hacerlo entre tiburones, sólo hay que preocuparse de no sangrar. 

Number 14, Gray. Jackson Pollock

miércoles, 4 de enero de 2012

La manzana es buena para la salud.




A mi nadie me ha enseñado a ser bonita, ni fea. Nunca he aprendido a ser lista, ni tampoco tonta, ni siquiera mediocre o singular. Nunca he sabido si se trataba de lo de dentro o lo de fuera, de lo carnal o lo espiritual, de lo vulgar o lo extraordinario. Si alguna vez respondí a ciertos patrones, fue por circunstancias y contextos determinados, fue por personas y lugares concretos, fue por momentos, fue por estados...Al fin y al cabo lo único que buscamos es alguien que se siente en nuestra cama y nos bese la frente para saber si seguimos con fiebre. Y dejemos esta vez de lado la sangre de nuestra sangre y los estetoscopios. 




"El sueño del caracol"